lunes, 22 de octubre de 2007

Prefacio

Desde mi adentro de brocato deshilachado y tachas de bronce inglés, el mundo esta protegido como un feto en concentrado vientre. Lentamente los aceites de mis broches se abren hacia Mary. Hay en ella un poco de magia aburguesada y recelo ante el desparpajo de una no consentida apertura. Yo le quiero explicar, pero ella no me escucha, y una vez más despliega su umbrella inglés y apunta al infinito arrastrándome. A veces no nos llevamos bien. Hoy es uno de esos días.
De todos modos he logrado ante su femenino capricho que algo se volara en el tirón.
Es una nota de Margarita que desde un bar belga le susurra a las manos de Jorge: ”Que aburrido hubiera sido ser felíz!”