viernes, 30 de mayo de 2008

marquesina


Casi nadie me conoce.
Muchos ven con agrado mi marquesina.
Otros vislumbran interesados algo más.
Pocos se han atrevido.

Yo sí, aunque no del todo.

martes, 27 de mayo de 2008

parte


Lástima que muchos hombres y mujeres crean que la "femineidad" sólo se guarda ahí.

miércoles, 21 de mayo de 2008

Fado para reconocer un amor en la Alfama


Sucumbió facilmente al encanto de la Alfama. Aún hoy guarda el gusto por los lugares más antiguos de las capitales que visita.
El dinero en ese entonces tampoco desbordaba, y ofrecía entre las opciones europeas de estudio y escape casi la única oportunidad.

... La Alfama, el viejo rincón de Lisboa, quieta, retorcida, calurosa, detenida como un domingo. Allí, hace algunos años ya, ocupó ella un cuartucho propio de estudiantes en un edificio naranja desteñido. El cuartucho apenas le dió lo necesario para saberse por primera vez libre.
El verano es insufrible en la Alfama, apenas se sacude por la levedad de las ropas tendidas, por el triste suspiro de su fado, y por sus flores ardientemente trepadoras.

La excusa para la estadía era el estudio del arte. En realidad buscaba el arte de la libertad, el arte del amor, el arte de la soledad, no de la historia del arte, pero eso era lo que los folletos ofrecían, y lo otro no lo supo hasta mucho después.

Se conocieron en el cursillo que explicaría “Introducción a la Historia del Arte I” para los que prestaran atención.
Los pelos largos de él, su desaliñado aspecto, la misma música, los Marlboro, los rulos de ella, sus pechos, su andar y poco más los unieron. A esas edades lo único necesario son las diferencias anatómicas, el deseo, y la risa.

El subía con pretextos las terribles subidas y caracoles de la Alfama para visitarla, para traerle unos duraznos del mercado y pelárselos casi en su boca, ella acompañaba el escenario vistiendo lino blanco casi a diario y una pulserita de mostacillas que femeninamente le colgaba de su tobillo dorado. Se reían a veces, hasta que él empezó a hacerle los firuletes correpondientes al amor de alturas, los mismos firuletes que adornan las bonitas rejas de la Alfama y los mismos firuletes de la pasión y los de la arquitectura colonial.

Los estudios académicos no avanzaban, ni los de él, ni los de ella. Los otros sí. Ella nunca aprendió mucho, aunque lo intentó y llegó incluso a obtener algunos títulos, pero al final olvidaba prontamente lo que leía deduciendo que el hecho en sí del estudio la apartaba de la vida.

Así, él apareció en el momento y con la excusa perfecta para abandonar los motivos que arrastra el aprendizaje formal por los del arte de amar.
Asi, ella envuelta en algodones blancos abrió la ventana y con el viento que sopla desde la verde Sintra voló los papeles del arte y empezó la rutina sonriente de cambiar sábanas a diario...

Muchas tardes el calor le quitaba hasta las ganas de él, y prefería quedarse sola, más lenta, sonriente, disfrutándose y completamente libre como una eximia oda al viento aprendiendo el arte de la libertad y de la soledad gustosa.

Otras, él entraba con los melocotones de la estación, se los pelaba en la cama, y se los goteaban mutuamente sabiéndose jóvenes. A veces, él derretía las agujas del tiempo con el calor de ese verano portugués, y sin ventiladores siquiera se revolvían los cuerpos entre frutas y demás sabores.
A veces ella, generosamente le mimaba los pies mientras de refilón esperaba que una brisa se colara por las ventanas del cuartucho de la Alfama. Otras, le invitaba a salirse y a dejarla en su novata soledad para poder abrir las ventanas e inhalar libertad.

Ella era parte de él, ella era todo de ella. El empezaba a ser nada sin ella, ella empezaba a ser todo para él.
Ella se necesitaba en soledad, en libertad, en silencio.

Y así pasó el verano sin aprender arte, portugués, y sin reconocer el amor del caracol de la Alfama.

Parece, pensaron unos que el amor de él fue mayor cuando ella lo despidió y él se cruzó tristemente la bandolera batik y enfiló hacia abajo las barrancas del barrio con un Marlboro en la boca.

Más tarde, bajaría ella también las mismas barrancas y firuletes de la Alfama vestida de blanco, con la pulserita en el tobillo, y oliendo su piel todavía a melocotón.

.............

21 años después, ella lo recordó recordando hasta su nombre, y ahora desde la vecindad emprendió un mini viaje en soledad hacia Lisboa.
Recorrió la Alfama después de tanto tiempo, no era verano, no importaba mucho para la recreación mental del amor pasado. Se alojó adrede en un cuartucho similar, pudiendo pagar esta vez algo mejor, y se sentó en una camita de una plaza después de abrir las ventanas.

Necesitó 21 años para reconocer un amor, sólo 3 días en soledad, el mar picado de la bahía lusitana, un libro de Neruda que colaboró en el proyecto, un 1/4 de melocotones, y un poco del viento libre que llega siempre desde Sintra.

lunes, 19 de mayo de 2008

sueñitos


De chiquita para soñar sé que miraba por la ventana recorriendo la inmensidad posible y cerraba los ojos sonriente.

Ya no es tiempo de soñar.
Hay que cerrar las ventanas para que no entre el frío.

miércoles, 14 de mayo de 2008

Lengua Madre


No es que me aburra con facilidad, pero gusto de divertime. Incluso entre mis tres propósitos para este año figura reirme, así, sana y no necesariamente en familia.

Ocurrió en mi Buenos Aires querido, hace 4 ó 5 inviernos, es decir ya tenía un título universitario, una hija, e indispensablemente para el relato a continuación, una cuenta en un banco.
Salí de casa de mis viejos con el duendecillo travieso ese día, y sin intención aparente me lancé a caminar por la avenida mas larga del mundo.

A las cuadras me metí en el cajero del Banco Roberts y ahí el duendecillo cual perinola se desperezó en mi cerebro sin dejarme ya en paz.

Entré al banco y me dirigí al cajero y en un perfecto inglés dije: “Hi, I am having problems trying to withdraw some money, I am American I don’t speak any Spanish, and I don’t know what is going on with my card, etc etc,etc”
Del otro lado del mostrador alguien dice a otro alguien: “La chica no habla papa de español y tiene problemas con el cajero, pero vos entendés lo que quiere?”
Otro: “Ni idea, pero Pili está arriba y me parece que habla inglés, la voy a llamar”
La primera empleada: “QUEDATE ACA QUE VAN A BUSCAR A ALGUIEN QUE TE VA A AYUDAR”
Yo ignoré el comentario del tirón, porque claro era en español
La empleada de nuevo: "YA VIENEN, ESPERA ACA" Eso se lo entendí porque hizo muy bien los gestos correspondientes a la espera.
Yo: “thank you, and I am so sorry to cause all this trouble…”
La gente de la cola: 1- “la yanqui no entiende lo del cajero,”
2- “todavía la van a secuestrar si sigue levantando la perdiz” 3- “y yo sabía inglés rebien pero si uno no practica...”

Yo sonreía también en inglés que requiere de una forma muy particular de sonreir.

A los dos minutos baja Pili: “Hello, I am Pili, what happen to the card”
Yo aumentando mi velocidad en inglés y en perinola: “ The thing is I have this system plus…..and I thought I was able to take money, but unfortunately something is wrong, can you help me please, I don’t know what to do. My bank stated thatIwasabletousemyATMeverywhereandnow……..”
Pili, girando en 180 grados, se dirige al cajero: “A mi tanto el inglés no me da, che la yanqui va a creer que somos tarados” Sonríe y yo le sonrio inocentemente a ella.
Pili a mí: “COME TO THE CAJERO WITH ME”
Yo: “Sure”
El otro de la caja que se reía burlonamente a Pili: “Es yanqui, no sorda”
Yo entremezclé mi sonrisa americana con la auténtica argentina.
Pili: "PUT LA TARJETA EN LA RANURA Y PONE EL PIN"
Yo cara de I don't understand entendiendo
Pili de nuevo y gritándome más: "PUT HERE THE CARD!!!"
Y así entre sus gritos, mis caritas, y la pérdida de tiempo obtuve en media hora lo que en 5 minutos.

Pili me ayudó en algo que desde ya comprendía, saqué dinero, me dió hasta un beso, y yo : “Thank you sooooo much”

Y Colorín Colorado….creía yo que el cuento se había acabado.
Enfilé Rivadavia nuevamente y me sonreí hasta la esquina con Lautaro, después me olvidé hasta que…


TRES DIAS MAS TARDE
Típico departamento porteño, atípica familia porteña y el siguiente diálogo:

Mamá: “Mary, tenés que venir con nosotros al banco porque tenemos un plazo fijo y te están esperando para firmar….”
Yo: “Bueno, en diez minutos estoy lista. En que Banco es?”
Papá: “En el Roberts”

Silencio
Silencio

Yo elucubrando: “El Roberts cual?, el de Rivadavia?
Ellos: “Si, apurate.”
Yo: “Y….no me pueden traer los papeles acá que yo los firmo y después Ustedes se los llevan??”
Papá: “NO!”
Mamá: “No, aparte Pili, me conoce desde hace años, siempre le hablo de vos, que te casaste en USA y que ahora vivis en España, etc. Su hermana incluso fue a la UCA y cree que te conoce de nombre…. Siempre me dice que te quiere conocer…”

Silencio
Silencio
Silencio…casi muerte
Como no me quiero morir, silencio de nuevo y la verdad!

Los 15 minutos siguientes se desarrollaron entre la cocina y un pasillo que comunica a los cuartos pero a ninguna otra salida. Una lástima!

Papá: “pero como puede ser. Y ahora como se explica esto”
Mamá: “Bueno, no importa, por ahi ni se dan cuenta”
Yo con cara de que nunca rompí un plato, agrego : “No se preocupen yo lo arreglo” El cómo???, ni idea!

MAS TARDE
Lo que viene me averguenza, deslinkéenme todos si quieren, el relato es 100% verdad.

La familia en pleno entra en el Banco Roberts.

Nos atiende Pili en las mesitas de “Atencion al Cliente”. Mi mamá se apoya sin verguenza alguna sobre el escritorio, mi viejo un poco mas retirado en la silla del medio, sosteniendo un portafolio vacío que formaliza su apariencia para este tipo de situaciones familiares, y mas achicadita y arrinconadita yo, la sin solución posible, la traviesa Mary.

Pili a mamá: “Pero esta es tu hija!!!!, claro el otro día la ayudamos con lo del cajero y al final pudo sacar, mirá que casualidad!!!”
Mis esperanzas que Pili no me hubiera reconocido quedaron descartadas.
Yo sonreía muda. Papá revoleó ironicamente un poquito los ojos.
Pili siguió: “pero no habla español …????”
Mamá que siempre careció de dignidad y de grandes contrastes contesta: “Es que el marido no habla español, y ella de tanto hablar inglés se le olvidó la lengua madre”
Yo estaba entre reir y llorar. Papá decidiendo quién era peor si la hija o la madre llegando en segundos a conclusiones alternadas.
Pili: “pero esta es tu hija, la que es abogada???????”
Mamá: “si, la única que tengo, se recibió hace unos años ya”
Pili a mí, un tanto confundida y de nuevo gritándome: “Y TE GUSTA ESTADOS UNIDOS?”
Yo me arrimo y emito lo peor frase de mi vida: “si hablar despaciou io poder coumprenderr”
Papá casi se resbala de la silla, pero se detuvo a tiempo sólo para agregar en su mejor e irónico humor:
“Sí viste, nosotros ahora tampoco le entendemos”

jueves, 8 de mayo de 2008

siestas



Como fuelle airoso
como sábana mojada extendida al sol
me despliego ante vos
dejándome untar por tus palabras

Tus manos de nubes
se meten con saber y autoridad
por mi cuerpo
sacándole el aire y el gozo
y todo el mar posible

Me estiras, me anudas
me andas y me desatas
me recuestas y me acaricias
mimándonos
en los tiempos de la siesta

Y yo soy tierra, soy aceite,
vos arena y terciopelo,
y los dos somos especias y vapores
y un puñadito de malvas
que arrastramos
hacia el frío temor de las mareas
hacia el dulce calor de nuestras pieles.

martes, 6 de mayo de 2008

SPF


Las cremas con SPF nos protegen, en distintos grados, la textura de la piel del daño solar.

Pero, qué nos protege la piel de las tentaciones?