en silencio bajo un joven ciruelo
estreche a mi pálido amor callado
entre mis brazos como un sueño bendito.
Y por encima de nosotros en el hermoso cielo estival
había una nube, que contemplé mucho tiempo,
era muy blanca e increíblemente alta
y cuando volví a mirar hacia arriba, ya no estaba.
Bertolt Brecht