martes, 9 de diciembre de 2008

un vaso de leche, un tordillo, la primera vez y otro vaso de leche



Una primavera se llegaron todos hasta la estancia del tio Eduardo en Pergamino. El pueblo le ayudaba a calmar el asma.
En la cocina Doña Josefina preparaba todo bien -buñuelitos, manteca casera, pastafrola, y la mermelada de ciruelas. Los olores dulces y la buena voluntad de esta mujer la embriagaban. Josefina, morocha mujer del capataz, la trataba todavía como una niña a pesar de que aquellos pechos porteños ya habian florecido y alcanzado más de los 95 desde el primer día de la pubertad.
-Hijita, que linda estás- la abrazaba con el delantal lleno de harina. -Tomáte esta leche- le decia la mujer mientras filtraba en un colador de tela la nata que echaba la ollita de latón.
- Pero sólo si después te tomas unos mates conmigo- contestaba picarona ella
- Si, mija, pero la leche enterita que hace crecer-

Sus padres se repartían por ahí. Felisa dormía buenas siestas y Luis se pegaba a la peonada con curiosidad rural.
Aquella vuelta cayeron unos desde Mercedes, amigos del Tio Eduardo y de su mujer. Eran dos autos llenos de chicos Carlos, Fito y Oscar y algunos padres. Parecian desatados andando a caballo y divirtiéndose. Los primos de Capital tardarían otras tres tardes en llegar. Asi, compartieron comidas y risas.
Al dia siguiente Carlos se acercó a ella amigablemente, se bajó del caballo, un tordillo argentino que ella habia montado con anterioridad.
- Vení, te llevo a dar una vuelta- Carlos le tomó la mano fuerte y ella se dejó explicar lo que ya sabía, para que Carlos se sintiera machito en su rol.
- Ahora pones el piecito acá, dále yo te tengo, agarráte de las riendas que yo me monto detrás tuya para que no te pase nada. Dale que no te vas a caer- decía Carlos.
Así, salieron los dos a caballo por el campo del Tio Eduardo. Carlos la llevaba a paso y con gentileza y ella no queria ir a ningún lado, ni bajarse del tordillo ni de las riendas de Carlos. Se gustaron. Los cabellos de ella volaban hacia atrás y Carlos los olfateaba mientras hablaba.
-Te gusta el paseo?. Sos linda, eh- avanzó él
- Sí- sonrió ella
- Sí que?? Sí, sos linda o sí, te gusta el paseo?- dijo él mientras levemente apoyaba sus manos sobre las de ellas con la excusa de ajustar las riendas.
- Si soy linda lo dirás vos. Por ahora me gusta el paseo- dijo sonriente y mirándolo de refilón.
- Sos relinda – y ahi mismo Carlos le quitó suavemente el pelo fresco de la cara, paró el tordillo con sus piernas vaqueras y le torció la cabeza para besar sus labios.
Ella sintió escalofrío y hasta un leve mareíto que Carlos habilmente aprovechó para sostenerla con sus dos grandes manos.
Ahora el beso se hizo mas profundo y recurrente. El la besaba con toda su lengua haciéndole notar lo que le estaba provocando.
-Date vuelta- y la sentó encima de él sobre el tordillo comiéndosela a besos por un rato. Recostada sobre el animal le revisó los pechos y sobre el pantalón beige de ella, apoyó su vaquero con su miembro latente para que lo sintiera.
-Espera, ahora no. Mejor volvamos- suspiró ella
-Un ratito mas, está lindo esto, no? Y mientras le subía la remera hasta quitársela por completo. Un ratito más y después te llevo– Ella obedeció mientras el se bajaba del caballo y ponía su camisa abierta sobre la hierba fresca.
-Que linda sos- y así después de acomodarla empezó a pasarle lengua y boca y lengua de uno a otro de sus pechos mientras seguía apoyando su pantalón aún cerrado sobre el de ella ejerciendo cierta deliciosa presión e imitando el movimiento de la carne.
Ahora Carlos le abría el pantalón beige y buscaba desesperado. La sintió húmeda, eso le gustó.
-Sos linda y me gusta que te guste mi sexo- la palabra la volvió a la realidad por un instante en el que llegó a avisarle –nunca lo hice antes-
-Ya sé, me di cuenta, yo te llevo despacito, te va a gustar- Ahora el turno para abrir el pantalón era de él, ella se irguió un poco para ver aquello prohibido, él acercó su punta y jugueteó con ella para que se acostumbrara. La besaba mientras que con sus piernas apuraba la salida de tanta tela.
-Te gusta?- le susurró con la lengua al oído.
-Sí, pero no sé que hacer- gemía ya un poco ella
-Nada, dejámelo a mí- Y ahora con todo el poder de las hormonas, la humedad de ella y la media desnudez de los dos apuró su órgano en ella provocandole dolor. Ella sintió el compás intenso y mas acelerado de él que ya no besaba ni tocaba sino que se concentraba empujando su placer campero hasta las entrañas.
Confundida por el dolor rasgado y sin saber que hacer cuando él se retiró, pensó en otro vaso de leche calentita que Josefina prometía siempre en la cocina.

23 comentarios:

Mari Pops dijo...

la computadora esta en agonia y el pobre teclado con yeso. Explico esto porque si se saltea muchas letras al tipear no e mi culpa.

Mari Pops dijo...

y ahora me voy a dormir una siestita frente a la chimenea :)))

Anónimo dijo...

Mary
Me mató este post
Que ternura contarnos la primera vez.

A mi hijo adolescente trato de inculcarle ser atento con quien esté, aunque la relación no sea importante.

Preciosa foto
Ricardo Z.

Marina Judith Landau dijo...

Me encantó este relato, me he transportado a ese sitio, he visto a los personajes, he sentido sus diferentes modos de desear, y hasta he compartido esas ganas de un vaso de leche.
La primera vez puede tener mucho encanto,o puede ser todo lo contrario...
Un abrazo.

Anónimo dijo...
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Mari Pops dijo...

Ricardo

Bien por educar asi a los hijos. En el fondo se trata de aprender/ensenar a ser respetuosos con los demas, en cualquier situacion que sea

Penso en abrir un blog?
Yo lo leo, prometo

pd: gracias siempre.

Mari Pops dijo...

Donde: importante la primera vez, no? sobretodo cuando se tienen 17 -una nena, bah-

Recien lo lei y no me gusta como quedó.

Parece una propaganda de champu "Sedal" X-rated. No le parece?

La condesa sangrienta dijo...

Creo que nos hizo retroceder a todos a nuestra primera vez.
Beso.

meridiana dijo...

Esos cuerpos adolescentes que descubren y se descubren...

Ese "dejarse llevar" tan nuevo y tan antiguo...

El relato rescata con ternura esa primera vez.

Abrazo, Mary
Liliana

Marina Judith Landau dijo...

A mí sí me gustó. Mucho.
Besito.

Dante Bertini dijo...

este relato no es para el desayuno

volveré después, a la hora de la siesta, para mí más erótica.
un beso

Anónimo dijo...

¿qué haces, guapa?

Mari Pops dijo...

condesa, espero haberla llevado a un recuerdo decente

un beso

Meridiana Liliana: me gusto lo de "tan nuevo y tan antiguo"
gracias por lo de la ternura, se debe al toque de la leche, tal vez.

Mari Pops dijo...

cachito: cuando quieras y pero primero tomate la leche con alguna naranja de Murcia en lo posible.

Que tal el dia por ahi, menos frio?

Un beso

Donde: gracias!

Mari Pops dijo...

juan:
te gusto la pelicula? muy fuerte, no? yo ví la mitad me parecio muy sangrienta. Nicholson esta muy bien!

estoy :(((

Ojaral dijo...

Una delicia, Mary. Esa abundancia de detalles en toda la situación previa, me encantó. Qué bien lo describís. Y sin caer en el preciosismo ni llenar de puntillas el texto.
Saludos!

José Soriano dijo...

El anónim@ sangra por la herida.

¿Que hace un@ adolecente leyendo cosas de adultos?;

Divierte su intolerancia infantil por la vida que no tiene ni comprende.

¿sufrira mucho?.
----

Estimada Mary,

Recordar momentos con delicadeza y afecto trasciende la conversa superficial y anomica que me circunda y llena de pena.

Mary, me ha echado usted un cuento muy bonito que tiene olores muy cálidos.

A cocina de campo y carbón de leña; al perfume de lavanda de mi abuela, a los ravioles de una tía que se llamaba Vicenta; el delicioso olor a tierra en el piso(a lluvia).
Olor a galpón lleno de libros y revistas a la hora de la siesta, y hum, sobre todo a las picardías de las primas más grandes que a la hora de la siesta jugaban a incitarnos(¿al doctor?).
Y recuerdo gracias a usted el momento que sentimos un roce y la delicia de una mirada sutil que nos aturde.

Sobre todo esa primera cadera propicia apenas madura que no sabíamos como decir en confesión de regreso en Lima, al cura que después se casó con la prima Eli...

Silencios y complicidades.

Precioso olor a lluvia y "unto sin sal", el "licor de las hermanas" para calmar esos huequitos en el estómago de los primeros amores y las pasiones consanguíneas o no que arrasadoras que apenas duraban lo que una tormenta de verano.

Las historietas, los primeros cigarros sin filtro(¿eran 43/70?), descubrir el mundo con todos los sentidos y sobre todo la aventura, lo prohibido, lo real...

Nada, que muchas gracias por el recuerdo compartido, sigamos pecando con pasión y alevosía que para eso no hay edad o condición. Que sea feliz!
fraterno siempre
js

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...

Querida Mary
por el tono es una señorita/a celosa probablemnete excedida en carnes, con serios problemas de inseguridad, y tal vez adicta a ciertos psicofármacos.

Escribir con inteligencia, talento y clase no es para todo el mundo y se nota,

Te tiene envidia
Acertada repuesta del caballero que me antecede,

Un beso

Anónimo dijo...

ojaral

gracias: tu blog es impresionante, me da verguenza agarrar la pluma ante tanto talento.

Sos todo un escritor.
Gracias por tu comentario, lo valoro

Anónimo dijo...

Jose, digamos que caiste en mal momento
Mi abuela se llamaba Vicenta, no es muy importante pero no es nombre comun

Las primas eh? que cosa las mocosas, pero entiendo lo que decis perfectamente

Usted acaba de escribir un post precioso lleno de carbon a leña, licor de las hermanas, confesiones y primeros tocamientos

Y sí, seré feliz
gracias

Anónimo dijo...

El texto se le llenó de imágenes. Se puede ver con leer.

No es tan Sedal, además, si Curt Covain revolucionó el rock de los ´90 con un tema inspirado en un aviso de perfumes (Smells Like Teen Spirit), no nos vamos a preocupar porque "huela" a shampoo, ¿no?

Qué raro que Ricardo conozca tanto a una mujer con tan poco, me dio un poco de vergüenza.

Wonder dijo...

Hola Mary, que lindo texto.
Me recordó ciertos libros que leía a escondidas, inocentemente, cuando era una preadolescente.
Y me mató la frase "ejerciendo cierta deliciosa presión e imitando el movimiento de la carne"
Un encanto.
Besos.