miércoles, 21 de mayo de 2008
Fado para reconocer un amor en la Alfama
Sucumbió facilmente al encanto de la Alfama. Aún hoy guarda el gusto por los lugares más antiguos de las capitales que visita.
El dinero en ese entonces tampoco desbordaba, y ofrecía entre las opciones europeas de estudio y escape casi la única oportunidad.
... La Alfama, el viejo rincón de Lisboa, quieta, retorcida, calurosa, detenida como un domingo. Allí, hace algunos años ya, ocupó ella un cuartucho propio de estudiantes en un edificio naranja desteñido. El cuartucho apenas le dió lo necesario para saberse por primera vez libre.
El verano es insufrible en la Alfama, apenas se sacude por la levedad de las ropas tendidas, por el triste suspiro de su fado, y por sus flores ardientemente trepadoras.
La excusa para la estadía era el estudio del arte. En realidad buscaba el arte de la libertad, el arte del amor, el arte de la soledad, no de la historia del arte, pero eso era lo que los folletos ofrecían, y lo otro no lo supo hasta mucho después.
Se conocieron en el cursillo que explicaría “Introducción a la Historia del Arte I” para los que prestaran atención.
Los pelos largos de él, su desaliñado aspecto, la misma música, los Marlboro, los rulos de ella, sus pechos, su andar y poco más los unieron. A esas edades lo único necesario son las diferencias anatómicas, el deseo, y la risa.
El subía con pretextos las terribles subidas y caracoles de la Alfama para visitarla, para traerle unos duraznos del mercado y pelárselos casi en su boca, ella acompañaba el escenario vistiendo lino blanco casi a diario y una pulserita de mostacillas que femeninamente le colgaba de su tobillo dorado. Se reían a veces, hasta que él empezó a hacerle los firuletes correpondientes al amor de alturas, los mismos firuletes que adornan las bonitas rejas de la Alfama y los mismos firuletes de la pasión y los de la arquitectura colonial.
Los estudios académicos no avanzaban, ni los de él, ni los de ella. Los otros sí. Ella nunca aprendió mucho, aunque lo intentó y llegó incluso a obtener algunos títulos, pero al final olvidaba prontamente lo que leía deduciendo que el hecho en sí del estudio la apartaba de la vida.
Así, él apareció en el momento y con la excusa perfecta para abandonar los motivos que arrastra el aprendizaje formal por los del arte de amar.
Asi, ella envuelta en algodones blancos abrió la ventana y con el viento que sopla desde la verde Sintra voló los papeles del arte y empezó la rutina sonriente de cambiar sábanas a diario...
Muchas tardes el calor le quitaba hasta las ganas de él, y prefería quedarse sola, más lenta, sonriente, disfrutándose y completamente libre como una eximia oda al viento aprendiendo el arte de la libertad y de la soledad gustosa.
Otras, él entraba con los melocotones de la estación, se los pelaba en la cama, y se los goteaban mutuamente sabiéndose jóvenes. A veces, él derretía las agujas del tiempo con el calor de ese verano portugués, y sin ventiladores siquiera se revolvían los cuerpos entre frutas y demás sabores.
A veces ella, generosamente le mimaba los pies mientras de refilón esperaba que una brisa se colara por las ventanas del cuartucho de la Alfama. Otras, le invitaba a salirse y a dejarla en su novata soledad para poder abrir las ventanas e inhalar libertad.
Ella era parte de él, ella era todo de ella. El empezaba a ser nada sin ella, ella empezaba a ser todo para él.
Ella se necesitaba en soledad, en libertad, en silencio.
Y así pasó el verano sin aprender arte, portugués, y sin reconocer el amor del caracol de la Alfama.
Parece, pensaron unos que el amor de él fue mayor cuando ella lo despidió y él se cruzó tristemente la bandolera batik y enfiló hacia abajo las barrancas del barrio con un Marlboro en la boca.
Más tarde, bajaría ella también las mismas barrancas y firuletes de la Alfama vestida de blanco, con la pulserita en el tobillo, y oliendo su piel todavía a melocotón.
.............
21 años después, ella lo recordó recordando hasta su nombre, y ahora desde la vecindad emprendió un mini viaje en soledad hacia Lisboa.
Recorrió la Alfama después de tanto tiempo, no era verano, no importaba mucho para la recreación mental del amor pasado. Se alojó adrede en un cuartucho similar, pudiendo pagar esta vez algo mejor, y se sentó en una camita de una plaza después de abrir las ventanas.
Necesitó 21 años para reconocer un amor, sólo 3 días en soledad, el mar picado de la bahía lusitana, un libro de Neruda que colaboró en el proyecto, un 1/4 de melocotones, y un poco del viento libre que llega siempre desde Sintra.
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26 comentarios:
Los amores eternos lo son por la anacronía, la falta de coincidencia. Justamente es eso lo que los hace eternos.
Los sincrónicos desaparecen lentamente
Me desmayaste Mary, ahora te escribo desde el suelo, apenás pudiendo levantar los brazos para apretar las teclas y mirando de refilón el monitor. te escribo porque no puede dejar de ser comentado esto, pero vos lo dijiste todo, mis palabras sobran.
Brasil tiene un poco de razón, los amores anacronicos son eternos, eternamenmte nos hará ruido en la cabeza eso que no sucedió. Esos amores se idolatran. Los otros suceden y se arman y desarman a cada rato por más que vivan mucho tiempo.
Brasil
entonces mal final para cualquiera de los dos tipos de amor
perra gracias!!!
Ya no sé cómo expresar mi admiración por tus poéticos relatos. Pensaste en publicar?
Leo bastante, rara vez comento pero al llegar acá quedo embelesado. Me lleva la lectura a un lugar melacolico con olores, temperaturas, imágenes.
Pero no se queda el relato ahí, nos sigue hablando de a capas y al oído.
Este ya lo leí tres veces. La música es maravillosa, aunque desconozco la cantante, y vos debes ser exquisita para plasmar emociones y sentimientos así.
Ps. te puedo mandar un mail?
Tenías razón, esto es lo que me gusta.
Estaba apartado del blog porque no tenía tiempo, y cuando leo esto me doy cuenta que no es tiempo si no existen estas cosas, tus relatos, para vivir un tiempo y no ocuparlo.
Sin querer me hiciste un regalo hermoso.
Al leer esto me preocupa no poder contar una historia de tiempos vividos y de sentirse libre. Anhelo, hoy más que nunca, ir a la Alfama a comer melocotones con alguien y sumergirme en el sopor naranja de un verano vivido con amor y libertad, en un cuartucho despintado por tardes y enredaderas.
Un abrazo enorme, me alegraste la tarde de Jueves.
Un día de estos vuelvo.
wow, muy lindo!!! Terminé de leer y busqué imagenes de Alfama para entender mejor. Es increíble.
Divino Mary. Nos llevaste a todos de viaje...
Fuimos a Sintra con my beloved dos veces de recien enamorados. Eramos tán jóvenes. Eran las épocas en que mi amado me mostraba y enseñaba de los viajes, y del amor y de los melocotones. De la vida le enseñaba yo.
Hola. Gracias por el comment en mi blog. Besos.
muy lindo el relato. segurmanete, mucho más linda la experiencia vivida.
saludos
Yo no se si son buenos o malos los finales, pero que todo amor termina, seguro.
Salvo que lo que llamamos amor (cualquier cosa que ello sea), vaya cambiando, nosotros nos banquemos el cambio, e igual lo sigamos llamando amor.
ricardo
de nuevo todo un halago!!! Por ahora tengo el gusto de escribir, quien sabe, en realidad yo me siento que publico al poner estas cosas en el blog.
La cantante me gusta mucho se llama Pasion Vega y es muy conocida aqui es malaguena aunque vive por aqui.
ps. gracias por el correo
alejandro
nada mejor que recomendar vivir, y sí juntar vida a cada rato , tal vez algun dia escribas, tal vez no, pero siempre podras decir que has vivido. De todos modos nunca se vive lo suficiente. A mi me parece
mercadito de barrio: gracias por el interes, La Alfama se cae a pedazos pero tiene mucha magia y mucho color
Elastic: Hace unos anos volvi y ademas volvi a Sintra que es un rincon inesperado cerca de Lisboa, tan verde, tan italiano, es un hermoso lugar
Martin Ludwig: curioso nombre. Gracias y bienvenido!
Jirafas: gracias por venir con es pedazo de cuello hasta aca
No estoy de acuerdo con usted Moreira, a pesar de nuestra afinidad.
Cualquier amor que termina tiene intrinsicamente un final malo por la tristeza y por su caducidad.
Estoy segura que un amor, uno sólo se da en la vida y ese no morirá. Sera un lujo y sera uno solo y Usted se morirá primero.
Usted es un hombre merecedor de tal privilegio, aunque estoy de acuerdo que no es para la gran mayoria. Pero Us., usted sí!
esa foto es hermosa.
Me voy a hacer guía turística de tus lugares, Mary... te aseguro.
Los amores que no lo son son los más amores, parece que así lo sentimos unos cuantos.
Desantricherándome, te mando un beso y el agradecimiento de siempre.
vudu, me alegro
Morgana que perdida y que suerte que aparezcas
Besos
Ayer escuche a uno decir: "Los amores que te matan, son los que nuca mueren" ¿será?
Moreira,
killing me softly...
cuenteme algo lindo, me esta destruyendo a comentarios lentamente
mary
Te he contestado en mi blog .... pero por si no visitas los comentarios he aquí la misma rta.
Me aburro vio?
Como no reconocer esa frase
Que me identifica tanto
Como así otros textos que leí
Ando leyendo
Vivir Adrede de Mario Benedetti
Cariños
que buen fado le salió mary, qué buen fado.
Que bello texto! Que buenas imágenes de Alfama que trajiste! Y parece que a veces tienen que pasar 21 años para rememorar un amor de esos.
Maga Bienvenida!
yo ahora lo que estoy leyendo es la cuenta de la luz :(
Bombom: parecia estar esperandote para cerrar las ventanas del cuartucho de la Alfama. Ya esta!
Melli: gracias y ya que menciono el fado ..pudo escuchar la musica. A mi me gusta mucho la voz de esta mujer y la vi varias veces en concierto y te contagia la emocion claro que sy bastante llorona por naturaleza pero este fado es desgarrador
Besos
Lo digo como el Mellizo: qué lindo fado te mandaste Mary!!! Excelente post.
Me parece q en el amor hay "escuelas": "el amor a 1era vista", "hay uno solo en la vida", "Amor es uno, amores hay muchos"
La mia sería: las relaciones son parte del camino hacia la integración del ser...para mi cada uno es un paso más adelante. Mi manera de amar a los 20 era seguramente mucho más primitiva y egoistica que ahora.
Hoy vi una peli genial: mina hetero se queda enamorada a primera vista de otra mina (torta) mientras camina hacia el altar para casarse con su novio de toda la vida.
Otra q me contó un amigo, q parece un guión de Marguerite Duras: un tipo va a una fiesta, cruza la mirada de la mujer del anfitrión (tienen dos hijos), no se saludan, al final de la fiesta va y le dice: hace tus maletas, en una hora te espero abajo con el auto. La mujer larga todo y se va con él.
parece que Lisboa está en el aire...y este cuento da para mucho más que un cuento. Piénsalo.
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